11 de julio de 2025

Este 10 de julio de 2025 marcó el 169 aniversario del nacimiento de Nikola Tesla, protagonista de las viñetas que el Foro Industria y Energía (FIE) elabora cada semana, y que son una manera en la que el FIE retoma temas de interés de la industria para compartirlos de manera accesible. Las viñetas se han publicado en las redes del FIE pero hoy, en conmemoración del aniversario del nacimiento de Tesla, el FIE inaugura una sección de su página web dedicada exclusivamente a recopilar las viñetas en un solo lugar.

¿Por qué comenzamos a hacer las viñetas?

El FIE busca promover el debate sobre la gestión energética de la industria y concienciar de su relevancia para aumentar la competitividad. Cumplir con este objetivo pasa por analizar la coyuntura sobre temas relacionados con la energía y su papel para la industria. Para esto el FIE realiza distintas actividades a lo largo del año, como la publicación de artículos y newsletters semanales, o la organización de debates y foros de difusión sobre temas de relevancia en este ámbito.

No obstante, somos conscientes de que este tema puede llegar a ser muy complejo, por lo que hemos buscado formas de tratar estos temas de forma más distendida. Así, desde marzo de este año hemos decidido elaborar viñetas semanales. Elegimos este formato porque es una manera de reflexionar críticamente sobre temas relacionados con la razón de ser del FIE, y de hacerlo de forma breve y accesible.

¿Por qué elegimos a Tesla?

Creemos que Nikola Tesla es el protagonista ideal para nuestras viñetas porque su figura supone muchos puntos de referencia para la industria y la energía actual. Nació bajo la influencia de la primera revolución industrial. Creció en un mundo donde elementos como la industria, las máquinas de vapor o el telégrafo ya eran comunes, y pudo observar cómo estos inventos cambiaron la sociedad de su época. En este contexto, estudió ingeniería eléctrica en la Universidad de Graz.

Éste fue, además, un personaje protagonista de la segunda revolución industrial, que trajo innovaciones técnicas como, por ejemplo, nuevas fuentes de energía basadas en gas o electricidad. Esta última, impulsada principalmente por Tesla, en conjunto con Thomas Edison y George Westinghouse.

No obstante, su importancia no es simplemente histórica, sino que su huella sigue presente hasta nuestros días. Ejemplo de esto es que Tesla fue el inventor del sistema de distribución eléctrica que usamos hoy en día: el de corriente alterna (AC, por sus siglas en inglés). Éste, al suponer diversas ventajas sobre el sistema de corriente continua (DC), le hizo resultar victorioso en la famosa guerra de las corrientes, contra Thomas Edison.

Edison defendía el uso de la DC por tener una tensión menor que la AC y así ser más seguro para el usuario final; no obstante, este sistema hacía ineficiente el transporte de la energía, sobre todo a largas distancias. La AC, impulsada por Tesla, permite que el transporte por líneas a largas distancias sea más eficiente, pero para esto se necesitan tensiones elevadas, lo que generó preocupaciones sobre la seguridad de este sistema. Tesla, no obstante, atajó este obstáculo al inventar un transformador que permite aumentar la tensión para la transmisión y reducirla al llegar al usuario final.

Tesla probó la superioridad indiscutida de su propuesta durante la Exposición Universal de Chicago de 1893. Los organizadores buscaban cómo iluminar el recinto y acudieron a los dos rivales para hacerlo. Tesla se impuso sobre Edison con un proyecto que no sólo pudo iluminar las más de 100.000 bombillas eléctricas usadas durante la exposición, sino que además lo hizo con un presupuesto mucho menor. Así, los cerca de 27 millones de asistentes a la exposición (equivalentes a casi la mitad de la población de Estados Unidos en ese momento) pudieron observar de primera mano cómo el proyecto de Tesla definiría el consumo energético del futuro, algo que se mantiene hasta hoy.

¿Y si Nikola Tesla levantara la cabeza?

Hoy creemos que, si Nikola Tesla levantara la cabeza, vería con agrado cómo muchas de sus ideas siguen vigentes casi dos siglos después de su nacimiento, así como que su trabajo fue fundamental para el desarrollo tecnológico e industrial en todo el mundo. No obstante, pensamos que si Tesla levantara la cabeza también nos ofrecería una visión pragmática sobre los retos actuales de la gestión energética de la industria, abordando la complejidad del entorno de los últimos meses, que ha incluido desde el impacto del inusual marzo lluvioso en el mix energético, hasta las implicaciones geopolíticas como el bombardeo de instalaciones energéticas en Ucrania, o incluso referencias culturales como el 40 aniversario del Max Mix. Y, cómo no, reflexionando sobre el apagón, admirándose de la capacidad de David Coperfield para ¡hacer desaparecer 15 GW de electricidad!

Con su profundo conocimiento de los sistemas eléctricos, Tesla sin duda reconocería la vital importancia de la electrificación como eje de la transición energética. No obstante, al igual que en su época abordó las preocupaciones sobre la seguridad de la corriente alterna con soluciones innovadoras como el transformador, hoy nos instaría a considerar la robustez y la resiliencia de nuestras infraestructuras. El reciente apagón en la Península Ibérica el 28 de abril de 2025 sería, para él, un claro recordatorio de que, incluso en los sistemas más avanzados, es crucial prever y mitigar cualquier vulnerabilidad para garantizar un suministro fiable y seguro.

El FIE, en línea con esta visión, ha subrayado que la industria necesita certezas en un entorno de incertidumbre estructural. En este sentido, Tesla seguramente respaldaría con firmeza la visión de un organismo regulador sólido y unificado. La propuesta del FIE de una Comisión Nacional de la Energía (CNE) fortalecida, capaz de actuar como un ente articulador y supervisor integral del sistema energético, resonaría con su espíritu de buscar la máxima eficiencia y seguridad. Él, que comprendió la intrincada red de interdependencias en el suministro de energía, vería en una CNE con visión global la clave para garantizar la seguridad de suministro y la autonomía estratégica del país, más allá de soluciones parciales. La confusión generada por informes diversos sobre el apagón solo reforzaría su convicción de que es necesaria una narrativa común y transparente para la industria, elemento esencial para generar confianza y certidumbre en las decisiones de inversión.

Tesla, un firme defensor del progreso práctico, sin duda comprendería que la plena integración de las energías renovables, aunque crucial para la electrificación, requiere mejoras continuas en su capacidad de aportar servicios al sistema y una normativa que las respalde eficazmente. La apuesta por la electrificación y la resiliencia del sistema, con el apoyo de inversiones como los 931 M€ del PRTR para el refuerzo de redes, estaría alineada con su visión, siempre que se complemente con una previsibilidad y continuidad en el tiempo que atraigan las grandes inversiones empresariales.

En este contexto de seguridad energética y autonomía estratégica, Tesla vería con buenos ojos el reciente posicionamiento del Parlamento sobre la energía como un activo estratégico vital para la seguridad nacional, reflejado en la PNL aprobada por la Comisión Mixta de Seguridad Nacional. Él, que batalló por la implementación de un sistema eléctrico superior, seguramente nos recordaría que la industria no debe ser un actor pasivo, sino que debe asumir un rol proactivo en la configuración de un marco energético que asegure su propio futuro. Su legado nos invita a abordar los desafíos de la electrificación con la misma agudeza crítica y capacidad de innovación que lo caracterizó, buscando siempre la máxima eficiencia y resiliencia en los sistemas energéticos del futuro.