30 de mayo de 2025
El próximo 4 de junio, a las 15:00 h, en la Sala Serveo del recinto ferial La Farga de L’Hospitalet (Barcelona), en el marco de Net Zero Tech 2025, el Foro Industria y Energía organizará y moderará la mesa redonda “Alternativas renovables en procesos industriales de difícil electrificación”. Será una conversación con empresas que no han esperado la solución perfecta: han actuado con las tecnologías disponibles, han asumido riesgos calculados y han demostrado que “difícil electrificación” no significa descarbonización imposible. En sectores donde la electrificación directa encuentra límites técnicos o económicos, urge abrir el abanico de opciones reales, eficientes y aplicables.
En este debate compartirán su experiencia tres compañías catalanas que han emprendido caminos distintos hacia una misma meta. Roca, con una electrificación progresiva y planificada incluso en procesos térmicos intensivos; Alier, que ha situado la biomasa como eje de su política de economía circular; y Nedgia, que impulsa el biometano como solución de presente para descarbonizar sin disrupciones operativas. Lejos de competir entre sí, estas estrategias convergen en una visión compartida: construir un sistema energético industrial más diversificado, resiliente y sostenible.
El reciente apagón del 28 de abril ha reforzado la urgencia del debate sobre resiliencia y diversificación energética. En este contexto, el objetivo de la mesa no es resolver el debate, ni podría, sino más bien abrir una línea de pensamiento que ayude a las empresas a orientarse, tomar decisiones informadas y descubrir las diversas alternativas disponibles. Porque cuando hablamos de industrias difíciles de electrificar, no hablamos de un único camino. Hablamos de decisiones estratégicas que deben adaptarse a cada proceso, a cada entorno y a cada reto.
Ante la difícil electrificación, más electrificación: el caso de Roca
En la industria cerámica, la electrificación parecía, hasta hace poco, una quimera. Hornos que requieren 1.300 grados, procesos térmicos intensivos y una dependencia histórica del gas natural hacían pensar que era un camino cerrado. Sin embargo, Roca ha demostrado que, incluso donde parece más difícil, electrificar más puede ser parte de la solución. “Casi todo es posible. Y lo primero que tienes que hacer es tener una hoja de ruta”, afirma Carlos Velázquez, director de Sostenibilidad y Relaciones Institucionales de Roca. El proceso comenzó con una sensorización exhaustiva de las plantas para identificar consumos y emisiones. Esa información se integró en los comités kaizen de mejora continua, lo que permitió abordar una estrategia transversal de eficiencia energética antes de acometer la electrificación.
A partir de ese diagnóstico, Roca inició una estrategia escalonada: primero reducir consumos, luego electrificar los procesos más accesibles y, por último, afrontar los más complejos, como los hornos túnel. Hoy, algunas de sus fábricas de porcelana ya operan con emisiones netas cero, gracias a una combinación de electrificación directa, autoconsumo solar y contratos de compra de electricidad renovable (PPAs).
Además de los beneficios ambientales, la descarbonización ha abierto a Roca las puertas de “la Champions League”, facilitando proyectos y colaboraciones con grandes desarrolladores, arquitectos y cadenas hoteleras que buscan socios sostenibles. Asimismo, la descarbonización ha generado importantes ahorros operativos, al reducir costes relacionados con los derechos de emisiones (ETS) y aranceles, mejorando la competitividad económica de la empresa.
No obstante, el salto a la electrificación no está exento de riesgos. Velázquez alerta sobre una amenaza clave: la falta de infraestructuras eléctricas adecuadas. “La red europea no es sólida para la electrificación masiva que queremos hacer. Y eso nos pone en riesgo”. El apagón del 28 de abril lo confirmó: fábricas paradas, hornos inoperativos, piezas perdidas. “Y volver a ponerlo en marcha cuesta mucho”. Para Velázquez, el apagón ha sido un “aviso a navegantes” para las instituciones: la electrificación necesita respaldo institucional e infraestructuras fiables para ser una alternativa real.
Reducción de un 98% las emisiones de alcance 1, gracias a la biomasa: la apuesta de Alier.
La compañía papelera Alier decidió en 2021 dar un giro estratégico a su matriz energética, sustituyendo su cogeneración a gas por una caldera de biomasa, que comenzó a operar en 2024. Este cambio no ha sido inmediato ni sencillo. Adaptar la tecnología, gestionar la logística de suministro y sincronizar los nuevos ritmos del sistema con el proceso productivo ha requerido ajustes continuos. Pero el esfuerzo ha dado sus frutos.
“El impacto ha sido muy grande. Hemos pasado de consumir casi 50.000 MWh/mes de gas a un promedio de 1.000 en los últimos meses e iremos a 0”, afirma Manuel Fernández, responsable de energía en Alier. Esto ha permitido una reducción drástica de la huella de carbono del producto final y sitúa a la empresa en condiciones de ofrecer papel reciclado producido íntegramente con energía renovable.
La biomasa, además, ofrece un valor añadido en términos de resiliencia energética. Tras el apagón, Alier está trabajando para adaptar su turbina de vapor, alimentada con biomasa, de modo que pueda sostener los servicios esenciales de fábrica ante eventuales interrupciones de suministro. “Creo que en la diversificación está la clave, y la biomasa jugará un papel fundamental para tener sistemas eléctricos de mayor robustez”, concluye Fernández.
Sin embargo, este tipo de soluciones aún tienen un largo recorrido por delante. En Catalunya solo se está aprovechando el 25% del potencial de biomasa disponible, y Alier representa apenas el 2 % del total. Esto revela una oportunidad infrautilizada para el conjunto del sector industrial. Avanzar en este camino no solo tiene sentido desde el punto de vista ambiental: también conlleva beneficios operativos y, a medio plazo, ventajas financieras.
El biometano, una solución madura y clave para descarbonizar la actividad sin modificar equipos: la perspectiva de Nedgia.
¿Y si no se quiere abandonar una infraestructura que aún tiene vida útil? Para Ignacio Cabané, responsable de la actividad de conexión a la red de gases renovables de Nedgia, el biometano representa una alternativa real, eficiente y disponible. “El biometano es ya una realidad. Y la industria puede descarbonizar su actividad sin necesidad de invertir en adecuar sus equipos”, asegura. Su principal atractivo radica precisamente ahí: se puede inyectar en la red de gas natural existente, sin modificar los sistemas de consumo.
La propuesta de valor del biometano no se limita a la compatibilidad con las infraestructuras actuales. La tecnología de producción es madura y las inversiones son rentables incluso sin subvenciones públicas, lo que convierte al biometano en una alternativa sólida para empresas que no pueden permitirse pausas ni experimentaciones. Además, las industrias pueden adquirir certificados de sostenibilidad y Garantías de Origen, acreditando así el uso de energía renovable en sus procesos.
Frente a otras soluciones neutras en carbono, el biometano destaca por ser una fuente de combustible producida localmente, con alta seguridad de suministro y un coste competitivo. “La industria utilizaría una fuente de combustible producida localmente, con alta seguridad de suministro y a un precio más competitivo que otras alternativas neutras en carbono”, resume Cabané. Este enfoque reduce la dependencia energética exterior y fortalece la resiliencia de los procesos industriales.
El reciente apagón refuerza el valor de esta solución. Aunque, según Cabané, “no se puede atribuir a una única causa”, sí deja clara la vulnerabilidad de un sistema eléctrico descarbonizado, que aún afronta grandes retos en producción, almacenamiento y distribución. En contraste, la red de gas ofrece capacidad de almacenamiento, robustez y margen de crecimiento sin grandes inversiones adicionales. Su conclusión es contundente: “Si queremos descarbonizar, debemos hacerlo manteniendo la competitividad, la garantía de suministro y la independencia energética”.
Tres caminos, una misma dirección
La descarbonización de la industria requiere soluciones técnicas y estratégicas adaptadas a cada realidad. La electrificación representa una de las vías principales, pero no es la única. Tecnologías como la biomasa o el biometano ofrecen alternativas complementarias, especialmente útiles en sectores donde electrificar todos los procesos resulta complejo. La mesa redonda que moderará el Foro Industria y Energía en Net Zero Tech 2025 busca precisamente ofrecer una visión amplia, contrastada y útil para las empresas que deben tomar decisiones informadas sobre su transición energética.
Los casos de Roca, Alier y Nedgia ilustran tres formas diferentes de avanzar hacia un mismo objetivo: una industria más limpia, competitiva y resiliente. Desde la electrificación progresiva de procesos térmicos intensivos, hasta la valorización energética de residuos o la integración de gases renovables en infraestructuras existentes, estas experiencias no compiten entre sí, sino que se suman para demostrar que hay múltiples caminos posibles hacia un mismo destino.
El próximo 4 de junio, estas tres estrategias convergerán en un debate que no pretende imponer soluciones únicas, sino abrir un abanico de opciones reales y viables. Porque, más allá de elegir entre tecnologías, lo fundamental es construir un marco que permita a cada industria encontrar su mejor alternativa, en su momento y en sus condiciones, en dirección a una descarbonización efectiva y sostenible.