El 80% de los consumidores industriales tienen una tarifa energética que depende de los precios diarios, algo inusual en las grandes economías europeas.

  • Una adecuada gestión energética de la industria debería contemplar cambios de gestión del riesgo, dando prioridad a esto frente a acciones habituales como son ayudas, exenciones y limitaciones temporales.
  • En el marco actual, son necesarias medidas como aplicar coberturas ante el riesgo de subidas de los precios energéticos vía contratación a futuro o acuerdos bilaterales de compra de energía, y diversificar el mix de carburantes a partir de una introducción más ambiciosa de los biocombustibles.
  • La gestión energética en la industria gran consumidora de electricidad puede suponer hasta el 60 % de la estructura de los costes operativos de las industrias según los últimos datos del INE.

 

Madrid, 11 de abril de 2022. Según los datos analizados por el Foro Industria y Energía (FIE), el actual sistema de fijación de precios minoristas de la energía, tanto en el ámbito industrial como doméstico, está influyendo de manera decisiva en el aumento de la inflación. Ante esta situación, el FIE considera necesario plantear cambios culturales de gestión que vayan más allá de las tradicionales acciones de ayudas, exenciones y limitaciones temporales.

Entre estas medidas, el FIE destaca la aplicación de coberturas del riesgo de subidas de los precios energéticos o la diversificación del mix de carburantes a partir de una introducción más ambiciosa de los biocombustibles.

Según los datos que maneja el FIE, en la actualidad el 80% de los consumidores industriales españoles tienen una tarifa energética que depende de los precios diarios, algo insólito en el entorno europeo. Como explica Javier Santacruz, analista del Foro Industria y Energía, “es inconcebible que compañías como ADIF, el gestor de la red ferroviaria en España, estén operando con contratos de electricidad sujetos a la variación diaria de los precios, provocando un sobrecoste de considerable magnitud que, acto seguido, se reclama compensar vía incremento de las tarifas de los billetes a los usuarios y, por tanto, retroalimentando el fenómeno inflacionista”.

En este sentido, el informe del FIE recuerda que “si bien en los últimos 5 ó 6 años fue más ventajoso tener una tarifa ligada al mercado diario, que marcaba en muchas franjas horarias un precio de 0€/MWh, en momentos de crisis tan profunda como la actual no es ni razonable ni justo no disponer de las alternativas existentes para cubrir el riesgo de que los precios sigan subiendo y afectando a una partida de costes que ya supone en muchos grandes consumidores eléctricos industriales entre el 50 y el 60 % de su estructura de costes operativos”.

Según el informe del FIE existen ya mecanismos que permiten comprar la electricidad a plazo a través de los mercados cotizados de futuros tanto de la electricidad como del gas (OMIP y MIBGAS) o a través de la negociación bilateral con los productores energéticos, tanto si son pequeñas como grandes. Estos productores, además, tienen los incentivos para establecer suministros a largo plazo a precios mucho más competitivos que el mercado diario. Por poner un ejemplo, a fecha de jueves 7 de abril, los futuros de la electricidad a un año estaban a 135€/MWh y a dos años a 89€/MWh, mientras que el precio diario era de 215€/MWh

Para el analista del FIE, hay que tomar ya este tipo de medidas para detener la espiral de subida de precios. Además, deben valorarse otras acciones como cambiar el modelo de subvención de costes a los grandes consumidores industriales de energía, pasando a un sistema como el alemán, en el que la industria compra la energía a plazo mediante contratos bilaterales. O como el francés, donde un tramo de la tarifa (62%) está topado a 42€/MWh y el resto a precio de mercado (32%), mitigando así la volatilidad de los precios diarios y con un mix de generación más estable y menos dependiente del gas en el margen.

Cambios en el mix energético

En paralelo a este cambio de gestión industrial de la energía eléctrica y gas también debe valorarse un cambio del mix energético de combustibles, especialmente tensionado en las últimas semanas. En este punto, el factor diferencial con el resto de Europa no es sólo de previsión financiera de los costes del combustible, sino muy especialmente de la necesidad de diversificar el mix con una introducción más decidida de biocombustibles, sobre todo de los provenientes de los residuos agroalimentarios (biomasa, despojos, sandach que se transforma en biogás…).

Por ejemplo, en el caso francés, existen objetivos y ejecución para una mezcla de biogás de hasta el 20% del consumo total de gas natural o del 10% en el consumo final de electricidad. Este mayor grado de penetración de biofueles es un camino efectivo a corto plazo para avanzar en la descarbonización y, en particular, del sector del transporte, ofreciendo una alternativa a los altos precios que marcan los carburantes tradicionales que provocaron varias jornadas de huelga en las últimas semanas.

Según Santacruz, “no podemos sentarnos a esperar a que se produzca una relajación efectiva de los precios internacionales que lleve a un precio mayorista medio diario menor, porque si esta situación acaba por no producirse, existe un riesgo real de que se cronifique una tasa de inflación de entre el 5 y el 6 %, con el consiguiente daño que eso supone para la industria española”.