Hacia la Comunidad Europea de la Energía y la Industria Limpias

  • El comisario de Clima, Net Zero y Crecimiento Verde para Europa, Wopke Hoekstra propone reindustrializar «a la europea»

  • La Comunidad Europea resultado del Clean Industrial Deal bien podría llamarse la “Comunidad Europea de la energía y la industria limpias” como herramienta para competir con otras economías.

  • El Clean Industrial Deal no solo habla de producir más energía limpia, sino de construir un sistema energético inteligente, interconectado y resiliente, que no solo reduzca las emisiones, sino que también garantice precios asequibles y un suministro estable para la industria

  • El Clean Industrial Deal no olvida el “factor humano”, un tema que trataremos en nuestro próximo Foro Sella Aragón: “La transformación de nuestra industria requiere personas cualificadas y empleos de calidad”, como destaca la vicepresidenta, Teresa Ribera.

Desde su fundación en 2021 el Foro Industria y Energía ha defendido una cuestión, que, aunque evidente, parecía pasar desapercibida en una gran parte de la opinión pública: la industria y la energía son caras de una misma moneda, realidades indivisibles que deben avanzar de la mano. Hoy podemos decir que lo que comenzó como un llamamiento solitario en 2021 se ha convertido en la piedra angular de la nueva estrategia europea.

El anuncio del Clean Industrial Deal representa mucho más que una nueva política: para nosotros es la cristalización de una visión que llevamos años defendiendo. Europa finalmente parece haber entendido que industria y energía forman un binomio inseparable, regresando así a los primeros orígenes de la Unión Europea: aquella iniciativa que bajo el nombre de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) nacía de esa simbiosis entre la energía predominante entonces (el carbón) y la industria básica (el acero). La Comunidad Europea resultado del Clean Industrial Deal bien podría denominarse la “Comunidad Europea de la energía y la industria limpias” como herramienta para competir con otras economías.

Europa ha comprendido que no puede haber transición energética sin una industria fuerte, ni industria competitiva sin una energía asequible, segura y sostenible. La reconciliación definitiva entre política industrial y política energética no es solo una necesidad económica, sino la única vía para asegurar la relevancia geopolítica de Europa en un mundo cada vez más complejo.

Competir gracias a la descarbonización, no a pesar de ella: el nuevo paradigma industrial europeo

Durante años, a la industria europea se le ha pedido que se descarbonice, que se adapte a las exigencias medioambientales, pero sin darle las herramientas necesarias para hacerlo sin perder competitividad. El resultado: deslocalización, pérdida de capacidad productiva y una creciente dependencia de importaciones con mayor huella de carbono.

El Clean Industrial Deal supone un cambio de paradigma. La descarbonización ya no se plantea como una obligación que pone en riesgo la viabilidad de la industria, sino como una oportunidad para reindustrializar Europa y recuperar autonomía estratégica.

Von der Leyen cumple: los 100 días se convierten en 88

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, prometió al inicio de su mandato entregar un Clean Industrial Deal en los primeros 100 días. Hoy, miramos con satisfacción cómo el plan fue anunciado el día 88, una señal clara de la prioridad que representa esta visión para el futuro europeo.

Esta premura no es trivial. En un escenario global cada vez más turbulento, con tensiones geopolíticas crecientes entre potencias como EE.UU. y Rusia, Europa ha decidido tomar las riendas de su destino industrial y energético.

De espectadores a protagonistas: Europa deja de reaccionar para empezar a liderar

La semana pasada analizábamos las posibles consecuencias de las negociaciones entre EE.UU. y Rusia, planteando el riesgo de que algunos países frenen la transición energética, generando divisiones internas.

Esta semana, el mensaje del comisario de Clima, Net Zero y Crecimiento Verde para Europa, Wopke Hoekstra, despeja cualquier duda: «El camino que tenemos por delante está claro. Reindustrializaremos nuestra economía, y lo haremos a la europea».

Este giro de timón marca un cambio fundamental: Europa quiere dejar de ser ser un mero reactor ante las jugadas de Washington o Moscú. Por fin, estamos asistiendo a la gestación de lo que podríamos llamar un «Europe First», una estrategia proactiva para dar forma a nuestro propio futuro industrial y energético.

El Clean Industrial Deal no es solo una respuesta a las políticas industriales agresivas de otras potencias, como la Inflation Reduction Act estadounidense. Es la afirmación de una vía propia, un «European way» para la reindustrialización verde.

Del éxodo al arraigo: Europa tiende la mano a su industria intensiva

Uno de los aspectos más significativos del Clean Industrial Deal es su apoyo expreso a las industrias energéticamente intensivas. Durante demasiado tiempo, estas industrias han sido vistas como un problema a resolver en el contexto de la descarbonización, sin ofrecerles las herramientas necesarias para adaptarse.

El nuevo enfoque envía un mensaje claro a favor del reshoring o relocalización industrial. Como ha subrayado el comisario Hoekstra: «Necesitamos asegurarnos de que estas empresas permanezcan y triunfen en la Unión Europea». Y añade con convicción: «En nuestro punto de vista, eso nos da una señal clara de que estamos haciendo negocio».

El nuevo acuerdo no solo reconoce que estas industrias pueden y deben descarbonizarse, sino que apuesta por proporcionarles el marco regulatorio y los incentivos necesarios para que lo hagan sin perder competitividad. No es casualidad que este hito coincida con la presentación del Action Plan for Affordable Energy, reforzando el papel central del binomio industria-energía en la competitividad del continente.

Electrificación, redes y almacenamiento: la columna vertebral de la transición energética

El Clean Industrial Deal reconoce que sin una infraestructura eléctrica robusta y flexible, la transición energética quedará en mera retórica. Por ello, dedica una atención especial a las redes eléctricas, la electrificación y el almacenamiento, pilares fundamentales para garantizar un suministro estable y asequible.

El documento subraya la necesidad de acelerar la electrificación de la economía europea. Actualmente, la tasa de electrificación en la UE ronda el 21.3%, pero el objetivo es alcanzar el 32% para 2030. Esto implica no solo aumentar la generación de electricidad renovable, sino también modernizar las redes para integrar estas fuentes intermitentes.

El European Grid Package simplificará los trámites para proyectos de interconexión, mientras la digitalización de las redes con inteligencia artificial optimizará la gestión en tiempo real. Para combatir la volatilidad de precios, el Deal propone una reforma del mercado eléctrico con mayor uso de PPAs y Contracts for Difference, ofreciendo estabilidad a largo plazo a la industria.

El almacenamiento también ocupa un lugar destacado en la estrategia. El documento señala que, para garantizar un suministro continuo, es crucial acelerar el despliegue de sistemas de almacenamiento de energía, tanto a gran escala (como baterías y centrales hidroeléctricas reversibles) como a nivel distribuido. Esto no solo ayudará a equilibrar la red, sino que también permitirá aprovechar al máximo la energía renovable generada en horas de baja demanda.

En resumen, el Clean Industrial Deal no solo habla de producir más energía limpia, sino de construir un sistema energético inteligente, interconectado y resiliente. Un sistema que no solo reduzca las emisiones, sino que también garantice precios asequibles y un suministro estable para la industria y los hogares europeos.

Los arquitectos de la transición: el capital humano detrás de la nueva industria

Un aspecto frecuentemente desatendido en las discusiones sobre la transición energética es el factor humano. Como bien señaló Teresa Ribera en su discurso presentando el Acuerdo: “La transformación de nuestra industria requiere personas cualificadas y empleos de calidad. Estos serán la base de una transición verde inclusiva y equitativa. El cambio hacia las energías limpias ya está creando empleo”.

La vicepresidenta primera de la Comisión Europea para la Transición Limpia, Justa y Competitiva subraya un dato revelador: «Para 2030, solo los objetivos de energías renovables de la UE generarán más de 3,5 millones de nuevos empleos» en el sector de las renovables, ofreciendo un futuro prometedor tanto para los trabajadores como para las PYMES.

Esta transformación no es solo una cuestión de tecnologías, sino, fundamentalmente, de personas y profesionales formados adecuadamente. Sin ellos, la transición energética se convertiría en una quimera inalcanzable, y la autonomía estratégica europea quedaría en entredicho. Este factor, a menudo relegado, será uno de los temas centrales a tratar en Foro Sella 2025.