El Comité Económico y Social Europeo ha hecho público el Dictamen Exploratorio «Competitividad e industria» en el que analiza la situación de la competitividad de la industria ante el proceso de transición ecológica y, lo que es más importante, las estrategias y acciones a emprender para “garantizar a la industria europea un futuro a largo plazo”.
Aunque este tipo de dictámenes no son vinculantes, aportan una visión clara y realista que debería servir como guía a los responsables políticos y a todos aquellos actores que, como el FIE, estamos comprometidos en la gestión energética de la industria como elemento de competitividad industrial.
Del contenido del dictamen es especialmente destacable el análisis que realiza sobre las razones por las que “en las últimas décadas, varios indicadores han puesto de manifiesto un deterioro de la base industrial de la Unión”. Entre los factores de este declive están la sobrerregulación, la falta de inversión y los precios de la energía.
En este último apartado se identifican motivos estructurales como la dependencia de los combustibles fósiles y “motivos que dependen de decisiones internas […] como la formación de los precios de la electricidad”. Según el texto, “el mercado de la electricidad está fuertemente regulado y viene funcionando correctamente desde hace unos veinte años, pero ha reaccionado mal a las tensiones recientes. Por ejemplo, el precio de la electricidad internaliza el precio de los derechos de emisión de CO2 independientemente de que se genere o no mediante la emisión de CO2”.
Por ello, considera que “el mercado de la electricidad debe ser objeto de una revisión minuciosa centrada en la obtención de unos precios competitivos que fomenten la electrificación y la descarbonización, al tiempo que se garantiza la seguridad del suministro en el futuro”.