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“Las empresas que pueden descarbonizar sus procesos productivos mediante la electrificación no pueden planificar ni ejecutar las inversiones si no tienen la certeza de que van a disponer de las capacidades de conexión necesarias”, Salvador Sedó, director de Desarrollo sostenible de Foment del Treball.
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“La capacidad libre en las subestaciones no es un cheque en blanco. Una cantidad importante de megavatios disponibles no garantiza que sean suficientes o estén en el lugar adecuado para la instalación o ampliación de una gran industria electrointensiva”, Eduardo Álvarez, catedrático de la Universidad de Oviedo.
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“Debemos anticiparnos a las necesidades que requiere la transición energética en curso, en particular la electrificación y la puesta en marcha de proyectos industriales con una alta demanda de energía”, Juan Manuel Vieites, presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG)
3 de octubre de 2025
La publicación, hace dos semanas, del primer mapa interactivo de capacidad por subestaciones eléctricas en España, elaborado por el Foro Industria y Energía (FIE) en colaboración con Opina 360, sigue generando reacciones en todo el territorio. El estudio, que radiografía la situación de 6.023 subestaciones, confirmó un sistema altamente saturado, con el 82,4% de las subestaciones careciendo de capacidad disponible.
La semana pasada, abrimos un espacio de diálogo con expertos y autoridades para analizar el impacto territorial de estos datos. Recogimos entonces valoraciones desde Catalunya y el País Vasco, cuyas voces expertas subrayaban la importancia crítica de la red eléctrica para sostener el desarrollo industrial y avanzar en la transición energética.
En esta segunda entrega, continuamos este diálogo fundamental y ampliamos la radiografía territorial reflejando nuevas perspectivas desde Catalunya, Asturias y Galicia. Son territorios con realidades distintas, pero que comparten una misma preocupación: cómo garantizar que la saturación de la red no erosione la competitividad de sus industrias ni limite su capacidad de atraer y consolidar proyectos en un momento clave de la transición energética.
Catalunya: Foment del Treball alerta de que la red es el «eslabón más débil»
Como recordábamos, Catalunya es la tercera región del país con mayor capacidad de acceso a la red eléctrica, con 1.306,3 MW disponibles, solo por detrás de Galicia y Andalucía. Sin embargo, casi toda esta capacidad se concentra en la provincia de Barcelona (1.113,9 MW). De las 378 subestaciones de la región, 300 están saturadas, lo que representa un 79,3%, ligeramente por debajo de la media nacional. Pero las provincias de Girona (85,53%), Lleida (94,29%) y Tarragona (92%) superan esa media, evidenciando limitaciones críticas para el desarrollo industrial.
Para Salvador Sedó, director de Desarrollo sostenible de Foment del Treball Nacional, el mapa presentado por el FIE y Opina 360 es una herramienta de extrema utilidad para analizar la disponibilidad territorial de conexión a redes eléctricas y poder planificar inversiones industriales. Pero su valoración del diagnóstico no deja lugar a la ambigüedad: «Los resultados nos demuestran que la red de distribución y transporte de energía eléctrica es el eslabón más débil en el proceso de descarbonización de los sectores productivos, en especial los energético intensivos, y en la transición energética a fuentes renovables».
Sedó no se limita al diagnóstico y reclama acción. Argumenta que España necesita una fuerte inversión tanto en la mejora de las redes existentes como en la construcción de nuevas. La razón que explica esta urgencia tiene que ver con la planificación industrial: “Las empresas que pueden descarbonizar sus procesos productivos mediante la electrificación de sus fuentes de energía no pueden planificar ni ejecutar las inversiones si no tienen la certeza de que van a disponer de las capacidades de conexión necesarias”.
El responsable de Foment del Treball enumera varios frentes estratégicos que están en riesgo directo si se mantiene esta saturación de la red. “el objetivo de reducción de emisiones en diversos sectores industriales, la pérdida de competitividad de la industria existente, la implantación de proyectos de energía renovable (en especial en las que van más retrasadas como es el caso de Catalunya) o la captación de nuevas inversiones en sectores de alta demanda de energía”.
Asturias: capacidad disponible, pero ¿suficiente para grandes proyectos?
Si el País Vasco representa el extremo de la saturación, Asturias presenta el caso opuesto, aunque no exento de complejidad. Aunque no es la región con más megavatios disponibles en términos absolutos, sí es la que presenta el menor nivel de saturación del país: apenas un 26,1%. De las 199 subestaciones analizadas, solo 52 están completamente saturadas. Las otras 147 subestaciones con capacidad disponible suman un total de 794,84 MW libres.
Esta situación sitúa a Asturias como una aparente excepción en el panorama nacional. Pero ¿significa esto que la región tiene resuelto su futuro energético e industrial? Eduardo Álvarez, director técnico del Foro Industria y Energía y catedrático de la Universidad de Oviedo, introduce importantes matices a esta lectura y llama a la prudencia.
“Es crucial entender que la capacidad libre en las subestaciones no es un cheque en blanco. Si bien hay una cantidad importante de megavatios disponibles, esto no garantiza que sean suficientes o estén en el lugar adecuado para la instalación o ampliación de una gran industria electrointensiva. Un solo proyecto de gran envergadura podría necesitar una potencia muy superior, obligando a traer energía de fuera de la región o a desarrollar infraestructuras ad hoc”, argumenta.
Por tanto, la ventaja asturiana es real, pero debe gestionarse con una planificación a largo plazo. La región tiene una oportunidad única para atraer inversiones industriales que otros territorios saturados no pueden ni plantearse. Sin embargo, para materializarla, es crucial que la capacidad teórica se traduzca en capacidad de conexión efectiva, garantizando que la red de transporte pueda evacuar esa potencia y que los procedimientos administrativos sean ágiles. De lo contrario, el riesgo es tener un «escaparate» de MW que, en la práctica, no se puedan utilizar de forma masiva y eficiente para proyectos de gran envergadura.
Capacidad abundante, conexión insuficiente: el dilema gallego
El estudio sitúa a Galicia como la región con mayor capacidad de acceso disponible, con 1.666,2 MW. No obstante, este dato positivo viene matizado por una saturación del 49,22% (126 de 256 subestaciones están saturadas) y, sobre todo, por una distribución desigual, ya que gran parte de esta potencia se concentra en la provincia de Lugo (1278,71 MW).
Juan Manuel Vieites, presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), contextualiza estos datos dentro de una reclamación histórica que la región viene planteando desde hace años. Galicia lleva tiempo pidiendo inversiones en la red eléctrica que den salida a las necesidades de la generación de renovables, que permitan incorporar las infraestructuras necesarias para la puesta en marcha de la eólica marina y que garanticen potencia suficiente para que los nuevos proyectos industriales puedan asentarse en el territorio.
Para la CEG, la clave está en aprovechar la coyuntura: “Estamos en un momento crucial y esperamos que las necesidades de Galicia, presentes y futuras, tengan respuesta en la planificación energética 2025-2030 ahora en preparación y fase de consulta. Debemos anticiparnos a las necesidades que requiere la transición energética en curso, en particular la electrificación y la puesta en marcha de proyectos industriales con una alta demanda de energía”.
Pero Vieites introduce una advertencia importante que matiza el aparente liderazgo de Galicia en capacidad disponible. La provincia de Lugo, paradójicamente una de las zonas donde más capacidad se concentra en términos agregados, sufre una falta de infraestructuras de conexión que limita notablemente las posibilidades de instalación de industrias o empresas. La clave, concluye, “está en garantizar un acceso ágil y ordenado a la red, de modo que esta capacidad se traduzca en crecimiento, innovación y empleo para Galicia”.
Un coro de voces que reclama planificación e inversión
Las reacciones recogidas desde Catalunya, Asturias y Galicia, sumadas a las valoraciones del País Vasco de la semana anterior, tejen un consenso claro: el desafío de la red eléctrica es estructural y no puede abordarse con soluciones parciales. Ya sea desde la perspectiva de la asfixia extrema (País Vasco), la ventaja relativa (Asturias) o la oportunidad con riesgos (Galicia y Catalunya), todas las voces convergen en un mismo punto: la red eléctrica es la gran condicionante de la transición energética y la competitividad industrial del país.
El mapa interactivo de capacidad ha puesto números a un problema que el sector industrial sufre en primera persona, consolidando un diagnóstico preocupante. La clave para revertir la situación, según las autoridades y expertos consultados, reside en una triple exigencia: anticipación, planificación y ejecución.
Como se ha constatado semana tras semana, sin una red robusta y bien dimensionada, España no podrá aprovechar las oportunidades que ofrece la transición energética ni mantener su músculo industrial. Ahora, la pelota está en el tejado de los planificadores y reguladores: convertir un diagnóstico inquietante en una oportunidad real de crecimiento ordenado, sostenible y competitivo.