Reflexión

Asunción Cámara, Doctora Ingeniera de Montes, profesora de la Universidad de Oviedo

La presencia de las mujeres en los estudios de ingeniería, así como la proporción de jóvenes tituladas respecto a los varones, ha descendido de manera importante en los últimos años. Entre los motivos de esta bajada están, a juicio de Asunción Cámara, profesora de la Universidad de Oviedo experta en bioenergía, la poca representatividad institucional de las mujeres en la profesión, la orientación escolar y familiar de las niñas hacia otras disciplinas y la falta de eficacia de las campañas de comunicación. La experta hace así una llamada al impulso de las vocaciones femeninas en ingeniería desde el inicio de la etapa escolar, así como a la puesta en marcha de campañas creativas de comunicación que inviten a las mujeres a escoger esta profesión.

Hacen falta referentes femeninos en las profesiones tecnológicas. Pero no solo eso. Pese al incremento de la presencia femenina en el sector industrial y energético, el número de alumnas de las escuelas de ingeniería no para de descender. “Desde los porcentajes casi de igualdad que teníamos a principios de los años 2000, en la actualidad nos movemos en ratios de entre el 20 y el 30%”, explica Asunción Cámara, Doctora Ingeniera de Montes profesora de la Universidad de Oviedo. “En las áreas más vinculadas a las ciencias de la salud, la cantidad de mujeres que optan por estos estudios supera a los varones, pero en el caso de las especialidades más tecnológicas ocurre justo lo contrario: esta línea descendente se ha acrecentado de manera drástica desde que se puso en marcha en plan Bolonia”, añade la experta.

La causa de esta desigualdad y de que la brecha vaya aumentando con el tiempo “hay que buscarla mucho antes del paso a la universidad”, explica la profesora. “En los estudios de Bachillerato ya hay muy pocas mujeres que escogen la rama que las llevaría a cursar ingeniería, y esto tiene mucho que ver con la orientación que se les da a las niñas en los centros escolares desde edades muy tempranas, que las aleja de los estudios relacionados con las ramas más tecnológicas”.

Además, y tan importante como la orientación en la escuela, es el papel de las familias, que, tal y como apunta Asunción Cámara, “no impulsan a las niñas a que estudien este tipo de carreras, y debemos tener en cuenta que, en estos momentos, la opinión de los padres tiene muchísimo peso en la toma de decisiones de los hijos”. Respecto a los motivos que llevan a las familias a no apostar por estos estudios, el principal es “el desconocimiento que existe en la sociedad sobre estas profesiones y el papel que las mujeres pueden desempeñar en ellas. En este sentido, los ingenieros tenemos una responsabilidad que asumir, y es que no estamos siendo capaces de quitarnos la imagen de una profesión masculina y aburrida”, asegura.

Escasa presencia institucional

Esta imagen “anticuada” de la profesión y el descenso de los salarios medios de los ingenieros están alejando también a los varones de este tipo de estudios. “Es necesario feminizar y rejuvenecer la imagen de la profesión”, apunta Asunción Cámara, “la visión que tienen los alumnos y alumnas que pueden estar planteándose estudiar ingeniería es que se trata de una profesión de hombres mayores, no tenemos más que ver los participantes de la mayoría de los encuentros profesionales, jornadas y seminarios que se celebran”.

“Sin quitar ningún mérito a estos profesionales”, aclara la experta, “sería importante que se incluyeran más mujeres y personas jóvenes en los encuentros y debates. En muchos casos en los paneles no hay ni una sola mujer, cuando sí que existen profesionales perfectamente válidas para ser ponentes en estos encuentros. Se invita poco a las mujeres, y en muchas ocasiones solo para buscar una paridad”, añade.

“También puede influir que algunas mujeres no están interesadas en tener un perfil más público”, aclara, “pero el porcentaje de mujeres que toman esta decisión no justifica esta casi nula presencia femenina en los eventos. Y esto ocurre en todas las especializaciones profesionales ligadas a la ingeniería. En este sentido, los ingenieros necesitamos más autocrítica”.

Vías de mejora: orientación y referentes

Los avances sociales en la igualdad entre hombres y mujeres no se están apreciando en los estudios de ingeniería. “Así como ya apenas se encuentran casos de empresarios que no quieran contratar mujeres, la dificultad ahora es que la falta de ingenieras jóvenes que reclutar”, explica la experta. Para solucionar esta cuestión, “necesitamos campañas más creativas que impulsen las vocaciones, masculinas pero sobre todo femeninas, porque los mensajes que lanzamos a día de hoy no consiguen llegar”.

Otra clara vía de mejora es impulsar la orientación escolar desde primaria “para que las niñas encuentren atractivos este tipo de estudios y los valoren como un nicho de empleo interesante y donde la mujer es indispensable”, apunta Asunción Cámara.

Junto a esto a la actuación institucional y en las escuelas, el incremento de visibilidad de las mujeres ingenieras es imprescindible. Un ejemplo interesante para impulsar los referentes femeninos en la profesión son las distinciones como el Premio Talgo a la Excelencia Profesional de la Mujer en Ingeniería, que Asunción Cámara ganó en 2021. “Se trata de un premio que destaca la labor de las mujeres en la ingeniería, sirve para reconocer su papel en la profesión y también como punto de encuentro entre las profesionales. Yo animaría a las empresas e instituciones a que presenten candidatas a este y a otros premios similares, para aumentar la notoriedad de las mujeres en ingeniería”, concluye.