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El MITECO reconoce a la industria como prioridad en el nuevo ciclo de planificación eléctrica y abre una consulta pública sobre ayudas que incluye un apartado específico para “costes de instalación e integración principalmente para la industria”.
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Hay que tomar medidas para evitar un infarto energético.
La industria, el corazón que impulsa la economía
Imaginemos la economía como un organismo vivo. La industria es su corazón: un músculo incansable que bombea actividad, empleo y valor a cada rincón del sistema. Pero para que ese corazón funcione, necesita un sistema circulatorio eficiente: redes energéticas robustas, flexibles y modernas que transporten los recursos vitales. Hoy, ese sistema enfrenta un reto sin precedentes. Según el análisis realizado por Opina 360 a partir de los datos provisionales del Índice de Red Eléctrica (IRE), la demanda energética industrial creció un 1,8% en enero de 2025 respecto al año anterior, y alcanzó un 4,8% en diciembre. Prácticamente todos los meses de 2024, con la excepción de noviembre, mostraron un incremento en la demanda energética industrial. El Índice de Red Eléctrica (IRE) industrial es un indicador adelantado que mide la demanda energética de medianos y grandes consumidores (con potencia contratada superior a 450 kW), ajustado para eliminar distorsiones por variaciones de temperatura y calendario laboral.

Fuente: Opina 360 con datos provisionales del Índice de Red Eléctrica
Este crecimiento no es anecdótico. El sector industrial representa el 35,4% del consumo eléctrico nacional, según datos de Opina 360. Estas cifras reflejan una tendencia clara: la industria española está en expansión, y con ella, su demanda de energía. Para sostener este crecimiento, es imprescindible contar con un sistema energético capaz de optimizar el consumo, garantizar la flexibilidad y asegurar la disponibilidad de recursos. En otras palabras, necesitamos redes modernas, almacenamiento eficiente y políticas capaces de sostener un músculo productivo que no deja de crecer.
El Gobierno reconoce el latido: políticas energéticas al servicio de la industria
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico parece haber escuchado el pulso industrial. En recientes declaraciones, la vicepresidenta Sara Aagesen ha subrayado la importancia de retener a la industria en España, evitando deslocalizaciones y asegurando su competitividad en un contexto global cada vez más exigente. Este discurso no es nuevo para el Foro Industria y Energía (FIE), que desde sus orígenes ha defendido que la política energética debe ir de la mano de la industrial.
«Queremos conocer cuál es la opinión del sector y contar con sus alegaciones para tener claro cuál es la posición de España cuando lleguemos a Europa, con el objetivo de proteger y ayudar a nuestro sector productivo industrial», Sara Aagesen, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
Este viraje discursivo viene acompañado de medidas tangibles: la vicepresidenta ha puesto en valor el reparto de 1.200 millones de euros dentro del programa de los Valles de Hidrógeno y ha expresado su disposición a recuperar la reducción del 80% de los peajes eléctricos para la industria electrointensiva. Además, ha anunciado una nueva convocatoria de ayudas por 700 millones de euros para almacenamiento energético.
El ministerio apuesta por una visión estratégica integral, desde la producción hasta el consumo de energía, con especial atención a los costes energéticos competitivos y un despliegue renovable que contemple elementos como los múltiples contratos CUPS, las redes cerradas o la actualización del marco de autoconsumo. Respecto a electrificación e infraestructuras, se prevé fijar un nuevo ciclo de planificación eléctrica, con revisión de los límites de inversión y concursos de generación y demanda. «Hemos podido anunciar al sector que la prioridad va a ser el sector industrial», afirmó Aagesen refiriéndose a la futura planificación de las redes de transporte.
El momento preciso para bombear soluciones
Este reconocimiento gubernamental llega en un momento idóneo, coincidiendo con la apertura de la consulta pública previa sobre la propuesta de convocatoria de ayudas para la flexibilidad y la gestión de la demanda con fondos FEDER 2021-2027. Una oportunidad que el Foro Industria y Energía no ha querido desaprovechar para hacer propuestas concretas dirigidas a maximizar el impacto de estas ayudas en el sector industrial.
Nuestra contribución, fundamentada en años de experiencia y conocimiento sectorial, busca asegurar que este músculo palpitante de la economía disponga de arterias suficientemente dimensionadas para sostener su crecimiento. Porque una cosa es reconocer la importancia de la industria, y otra muy distinta es diseñar los mecanismos adecuados para potenciar su competitividad energética.
Nuestras propuestas se centran en seis pilares:
- Enfoque en la industria como eje estratégico: asignar un presupuesto específico para proyectos industriales, priorizando instalaciones de gran escala y proyectos que integren flexibilidad y generación renovable in situ. La futura Comisión Nacional de la Energía puede jugar el papel de colaborar estrechamente con los departamentos del área industrial para alinear políticas energéticas e industriales, mejorando la competitividad del sector.
- Simplificación de requisitos para PYMES y sectores intensivos en energía: crear una línea específica para PYMES y ofrecer asesoramiento técnico gratuito para la redacción de proyectos.
- Apoyo a industrias de difícil electrificación: incentivos escalonados según la reducción de emisiones y fomento de tecnologías disruptivas como la electrólisis de alta temperatura.
- Integración de tecnologías habilitadoras: definir un catálogo de tecnologías prioritarias para la industria e incentivar proyectos que combinen flexibilidad y descarbonización.
- Criterios de selección y evaluación claros: incorporar métricas cuantificables para valorar la reducción de emisiones, la eficiencia energética o la replicabilidad en otros sectores.
- Plazos y financiación adaptados a la complejidad industrial: ampliar el período de ejecución para proyectos industriales e implementar pagos escalonados según hitos de implementación.
Estas propuestas no son wishful thinking. Son hoja de ruta para evitar un infarto energético, asegurando que las arterias del sistema —redes, almacenamiento, políticas— soporten el ritmo cardiaco de la industria.
Un sistema energético robusto para un corazón fuerte
La industria late con fuerza, pero su vigor depende de un sistema energético a la altura. Los datos del IRE, las declaraciones de Aagesen y las propuestas del FIE convergen en un mensaje: es hora de actuar.
Modernizar redes, priorizar almacenamiento y alinear incentivos no son opciones; son imperativos. Con una demanda energética en alza y un contexto global cada vez más competitivo, es crucial que las políticas energéticas reconozcan el papel central de la industria y actúen en consecuencia. Porque sin un corazón fuerte y arterias despejadas, la economía española no podrá competir en un mundo donde la energía es el oxígeno del progreso.
El Foro Industria y Energía seguirá trabajando para que la voz de la industria sea escuchada, porque solo con un sistema energético robusto podremos garantizar que el corazón de nuestra economía siga latiendo con fuerza.