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El dictamen ‘Una transición justa para todas las regiones de la UE’ del Comité Europeo de las Regiones recomienda realizar una evaluación del impacto global de la normativa relativa a la reducción de las emisiones para 2030 y la neutralidad climática en 2050 en regiones en islas y regiones ultraperiféricas como Canarias.
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La industria canaria parte con una ventaja en la carrera hacia la descarbonización al estar altamente electrificada. Sin embargo, solo el 28,5% de esta electricidad proviene de fuentes renovables. El verdadero reto es asegurar que esta electrificación se nutra de energía limpia.
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«El dictamen del Comité Europeo de las Regiones, viene a poner sobre la mesa un tema especialmente relevante para regiones como Canarias en el ámbito de la gestión energética de la industria, porque hoy no es concebible un desarrollo industrial competitivo sin una base de energía renovable», Albert Concepción, director del Foro Industria y Energía.
El reciente dictamen «Una transición justa para todas las regiones de la UE» del Comité Europeo de las Regiones ha puesto el foco en la vulnerabilidad de las regiones con sistemas energéticos aislados. Como señala Albert Concepción, director del FIE, «este dictamen viene a poner sobre la mesa un tema especialmente relevante para regiones como las Islas Canarias en el ámbito de la gestión energética de la industria, porque hoy no es concebible un desarrollo industrial competitivo sin una base de energía renovable».
El dictamen, además, recomienda que se elabore una “evaluación del impacto global de la normativa relativa a la reducción de las emisiones para 2030 y la neutralidad climática en 2050 en estas regiones”.
El precio de la insularidad: un sistema fragmentado y vulnerable
Para los quince millones de europeos que viven en islas, la energía representa un desafío mayúsculo, con facturas que pueden llegar a ser hasta cuatro veces más caras que en el continente. El Comité Europeo de las Regiones ha sido contundente al recordar «la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las regiones con sistemas aislados, que no pueden conectarse a la red europea». Para estas regiones, como Canarias, el dictamen exige un apoyo especial, considerando los graves retos socioeconómicos que implica la transición hacia los objetivos climáticos de 2030.
La paradoja canaria: dependencia versus potencial
El sistema eléctrico canario actual refleja una realidad compleja: con una demanda que alcanzó los 8.752 GWh en 2023, mantiene una dependencia del 80,58% de energías no renovables. El sistema se caracteriza por un parque de generación poco diversificado y envejecido, fragmentado en 6 subsistemas aislados, donde únicamente Fuerteventura y Lanzarote han logrado la interconexión eléctrica. Según datos extraídos del Informe Anual 2023 del Consejo Económico y Social de Canarias, el ciclo combinado domina la generación con un 42,23%, seguido por los motores diésel (21,51%), la energía eólica (15,15%) y la turbina de vapor (13,91%).
Sin embargo, esta realidad contrasta con un potencial renovable extraordinario: el archipiélago cuenta con 544.846 m² de superficie disponible para energía solar y 67 MW de capacidad geotérmica, recursos que podrían transformar radicalmente el panorama energético de las islas.
El reto de la electrificación industrial
Un aspecto crucial que define la situación energética de Canarias es la peculiar naturaleza de su consumo industrial. La industria canaria presenta una característica distintiva: la mayor parte del consumo energético industrial proviene de la electricidad (casi un 67 % en 2021, según encuesta del INE), lo que la convierte en un sector especialmente preparado para la transición energética. Esta característica representa una ventaja significativa, ya que facilita enormemente el proceso de electrificación industrial.
Sin embargo, los datos más recientes del Observatorio de Energías Renovables de Foro Sella, elaborado por Opina 360, revelan un desafío importante: solo el 28,5% de la energía eléctrica generada en Canarias durante el tercer semestre de 2024 provino de fuentes renovables. Esta realidad subraya la urgente necesidad de reorientar la matriz energética hacia fuentes más sostenibles, asegurando que la electrificación industrial se nutra principalmente de energías renovables y no de combustibles fósiles.
La transición energética en Canarias representa mucho más que un desafío local: es un modelo de transformación para regiones insulares. Invertir en su gestión energética e industrialización es una estrategia fundamental para fortalecer la sostenibilidad y competitividad de toda la Unión Europea.
PTECan 2030: la hoja de ruta hacia la autonomía energética
El Plan de Transición Energética de Canarias establece una transformación integral del sector energético sin precedentes. En el ámbito de la energía renovable, se proyecta alcanzar 2.036 MW en eólica, tanto onshore como offshore, complementados con 1.314 MW en fotovoltaica, de los cuales 524 MW se dedicarán al autoconsumo sobre cubiertas, y 60 MW adicionales para otras fuentes renovables.
El plan contempla un sistema de almacenamiento energético robusto, con una capacidad total de 4.339 MWh, distribuidos estratégicamente: 827 MWh a nivel usuario, 162 MWh en distribución, y 3.350 MWh a gran escala, incluyendo los 150 MWh de la central de Gorona del Viento en El Hierro y los 3.200 MWh del prometedor proyecto del Salto de Chira en Gran Canaria.
La interconexión entre islas se reforzará con un nuevo enlace entre Tenerife – La Gomera y Fuerteventura – Gran Canaria, mientras se avanza hacia una reducción progresiva de la generación térmica, con un objetivo de 1.440 MW para 2030. Estas medidas buscan alcanzar una reducción del 37% en emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 2010, con un 29% de renovables en el consumo final y un ambicioso 62% en generación eléctrica.
El respaldo europeo como motor de cambio
La Unión Europea ha respaldado esta transición con un apoyo financiero sustancial: 1.816 millones de euros para los programas FEDER y FSE+ en el período 2021-2027, complementados con 82 millones de euros en FEMPA y 268,4 millones en POSEI. Este respaldo refleja el reconocimiento de la UE hacia las necesidades específicas de las regiones ultraperiféricas.
Del aislamiento a la autonomía estratégica: competitividad industrial y descarbonización como claves del futuro
Las islas son, por definición, territorios aislados. No es casualidad que en la palabra ‘aislamiento’ encontremos la palabra ‘isla’. Sin embargo, en el caso de Canarias, única región ultraperiférica española de la Unión Europea, este aislamiento geográfico no debe traducirse en un aislamiento energético ni industrial.
El reciente Informe Draghi ya destacó la necesidad urgente de acometer políticas industriales de la mano de la transición energética como paso irrenunciable para fomentar la competitividad de la UE. En este contexto, la transición energética en Canarias representa mucho más que un desafío local: es un modelo de transformación para regiones insulares. La particular situación de la industria canaria, ya altamente electrificada, presenta una oportunidad única para liderar esta transformación. El verdadero reto ahora radica en asegurar que esta electrificación se nutra de fuentes renovables, superando el actual 28,5% de generación limpia para alcanzar los ambiciosos objetivos de descarbonización planteados.
Invertir en su gestión energética e industrialización es una estrategia fundamental para fortalecer la sostenibilidad y competitividad de toda la Unión Europea. El camino desde el aislamiento hacia la autonomía estratégica pasa, inevitablemente, por la competitividad industrial y la descarbonización, convirtiendo así un desafío histórico en una oportunidad de futuro.