La descarbonización supone todo un reto para la adaptación de los polígonos industriales y las pequeñas y medianas empresas que conforman su ecosistema, que están viendo en las comunidades energéticas industriales una oportunidad para encarar la transición ecológica sin arriesgar su competitividad e, incluso, supervivencia.

Este modelo de gestión energética renovable agrupada es una herramienta que facilitará, en algunos casos como única opción posible, la reindustrialización descarbonizada en las pequeñas y medianas empresas.

En el III Congreso Europeo de Comunidades Energéticas, celebrado recientemente en Pamplona, varios expertos han apuntado las causas que están ralentizando el despliegue de estas comunidades en los polígonos industriales, que van desde la desconfianza del sector privado hacia iniciativas colectivas donde no tiene el control absoluto; la ausencia de modelos de negocio claros; la incertidumbre sobre los tiempos de retorno de la inversión; la carencia de proyectos estandarizados que sirvan de referencia para facilitar su implementación o la ausencia de una ventanilla única que centralice y facilite los trámites necesarios para establecer una comunidad energética industrial.

En esta misma línea, durante la segunda jornada de la BNEW (Barcelona New Economy Week) que el Consorci de la Zona Franca de Barcelona está celebrando estos días, se ha hecho hincapié en la necesidad de superar los escollos administrativos, tecnológicos, económicos, de gestión y gobernanza para impulsar la transición energética en los polígonos.

Durante el evento, en el que se ha resaltado también la importancia de fomentar la colaboración público-privada, Esther Izquierdo, directora de Innovación de ARCbcn-Wattega, apuntó otros retos para el éxito de este modelo energético en los polígonos industriales: una buena gestión, basada en la creación de sinergias, y la importancia de una figura gestora que pueda acompañar a los polígonos en el proceso.

Desde el FIE entendemos que este tipo de comunidades permite reducir el impacto ambiental de los polígonos industriales, posicionándolos como actores clave en la transición energética, lo que les otorga un valor añadido que mejorará su imagen y percepción ante clientes, empleados y la sociedad en general, reforzando su atractivo y competitividad.

Para ello, es imprescindible aunar voluntad política y ayudas para impulsar inversiones que, además de centrarse en la generación renovable, implementen redes cerradas de distribución con acceso a la red general que permitan evacuar y rentabilizar los excedentes de energía verde.

Además, es necesario desarrollar sistemas de almacenamiento que a largo pazo conviertan la energía generada en estas comunidades energéticas industriales en un activo más de la actividad industrial, mejorando la competitividad de estos entornos donde las pymes son mayoritarias.

En un futuro no muy lejano, los sistemas de almacenamiento serán una herramienta de agregación de la demanda fácilmente monetizable para los polígonos y las industrias que los conforman.

De esta manera, las comunidades energéticas industriales dan respuesta a dos de los grandes retos de los polígonos industriales: la descarbonización y la rentabilidad, tanto desde el punto de vista económico como desde la sostenibilidad.

 

Imagen: ponentes del simposio «La Transformación Energética de los Polígonos Industriales» celebrado en el marco de Bnew. De izquierda a derecha, Rosabel Hernández (Diputación de Barcelona), Francesc Domínguez (Ajuntament Sta Perpètua de Mogoda), Esther Izquierdo (ARCbcn-Wattega) y Anna Montaña (Creació Agència de Emprendedoria, Innovació y Coneixement).