Esta misma mañana, mientras la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, Sara Aagesen, compartía su ambiciosa visión de alcanzar un 81% de generación renovable para 2030, el informe de potencia y generación de Opina 360 para el Observatorio de Energías Renovables de Foro Sella, nos devolvía a la realidad presente: cerramos 2024 con un 56,8% de generación renovable.
La coincidencia temporal de ambos anuncios no puede ser más reveladora. Tenemos cinco años por delante para incrementar casi 25 puntos porcentuales nuestra generación renovable. Es un horizonte factible, pero exigente. El ritmo actual de crecimiento, aunque notable, necesitará acelerarse significativamente.
El informe marca el punto de partida real desde donde debemos medir nuestro progreso. No es casual que llegue justo cuando se reiteran los objetivos nacionales reflejados en el PNIEC, recordándonos la brecha entre aspiraciones y logros.
El calendario apremia. La intermitencia inherente a las fuentes renovables requiere robustecer nuestras capacidades de almacenamiento energético y mejorar las redes de distribución eléctrica. Necesitamos un desarrollo extraordinario en ambos ámbitos si queremos que la transición sea viable en el plazo establecido. No basta con capturar la energía del sol y del viento; debemos conservarla para cuando las nubes cubran el cielo o el viento no sopla.
España ha demostrado capacidad para avanzar a buen ritmo, pero debemos ser conscientes de que la segunda mitad del camino será más compleja que la primera. La seguridad del suministro, una cuestión esencial para la gestión energética de la industria, no puede ser la víctima sacrificial en el altar de la descarbonización. El suministro 24/7 no admite atajos ni improvisaciones, especialmente cuando cada punto porcentual adicional de renovables incrementa el desafío de gestionar su variabilidad. España debe encontrar ese equilibrio donde la ambición verde no comprometa la garantía energética de hogares e industrias durante las 24 horas del día.
El cronómetro está en marcha. 2030 parecía lejano, pero los informes trimestrales del Observatorio de Energías Renovables del Foro Sella seguirán recordándonos, implacables, si avanzamos al ritmo necesario o si nuestras ambiciones superan nuestra capacidad de ejecución.